Hay personas que son extraordinarias por lo que son capaces de conseguir a pesar de las dificultades que se encuentran en su camino.
Éste es el caso de Chen Guangcheng, hijo de campesinos, ciego desde niño, activista de los derechos humanos y disidente chino. Si bien no tiene título oficial de abogado, este hombre que tuvo que aprender por su cuenta a leer y escribir en una sociedad en la que no se tiene en cuenta a los invidentes. No sólo llegó a la universidad, sino que se hizo defensor de “causas perdidas”, destapando el infierno que padecieron miles de mujeres de la provincia de Shandong, a las que practicaron esterilizaciones y/o abortos siguiendo la política estatal de hijo único. Por esa causa fue encarcelado 4 años y, posteriormente, confinado a su casa en calidad de arresto domiciliario. Allí, en 2012, memorizó la ruta que tenía que seguir para escapar y lo hizo llegando a la embajada americana.
En 2007 recibió el Premio Ramón Magsaysay (equivalente al Premio Nobel asiático).
El abogado descalzo es la biografía de este soñador, este activista ciego como la justicia, que lucha por la libertad en China.